-



martes, 23 de febrero de 2010

Víspera de Adios

Todo de vos, me convirtió en lo que soy. Arrastrada a ser su mujer.
Un lugar, dónde dejé todas mis defensas bajas.
Nunca pensé en darme vuelta, y vos no hiciste ningún sonido.
Viendo cambiandóme roja, como una bala atravezada en mi pecho, me obliga a descansar.
Es un respiro final de amores.
Y descubrí que nada viene sin ningún costo, y la vida fue un juego que perdimos.
Ahora te fuiste, y nada se sinto tan triste, un momento que parecía durar demasiado.



Ahora muero, beso tus tiernos besos para el adios, rezo a Dios, que es el que me escucha llorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario